La marcha se inició en el Puente de Lebor, los participantes, un amplio grupo de senderistas, comenzó caminando por el trasvase en sentido Lorca, para tomar de inmediato la rambla de Lébor. Ya desde el inicio se divisaba el destino, La Bastida.
Pronto, el grupo se adentro en terreno agreste y escarpado, siguiendo el caño de la soriana y divisando el paraje de su mismo nombre, entre lentiscos, romeros etc los caminantes divisaban el paisaje de pino carrasco y entre los caminos esbeltas alcibaras que adornaban los caminos.
La marcha siguió en dirección Casa de Torrente, para posteriormente y después de unas dos horas llegar al destino, el yacimiento arqueológico de La Bastida.
Al grupo le deparaba lo mejor de la ruta, la visita al yacimiento de La Bastida, paradojicamente desconocido para muchos totaneros.
Fueron recibidos por la arqueóloga botánica Mirella Celma , que de forma excepcional y con predisposición y amabilidad inmejorables, expuso al grupo, con todo detalle, los estudios y descubrimientos que se han hecho y lo que queda por explorar en un yacimiento de incalculable valor cultural y cientifico.
Fue un día en el que la cita con la Naturaleza se unió con la Prehistoria.Quiero dar la gratitud de todos los particiapantes a Mirella Celma, por su amabilidad y paciencia, ya que con la que caía, un sol de Justicia, no cejo en el empeño de que el grupo disfrutase de sus explicaciones, durante casi dos horas.